Apps sanitarias

Cinco desafíos que están estancando el desarrollo de apps de salud útiles

Cada vez es más amplio el grupo de profesionales sanitarios que coinciden en lo mismo: las nuevas tecnologías, aplicadas de forma correcta en la atención al paciente, pueden mejorar la gestión de la consulta o de la oficina de farmacia, y, de este modo, reforzar el sistema sanitario. Sin embargo, aún estamos en un momento incipiente en el que no solo quedan por delante retos como la certificación o la acreditación. Los profesionales sanitarios reunidos en las Jornadas Científico-Tecnológicas ‘Jugar es Salud’ han hecho un diagnóstico sobre el momento que atraviesan las aplicaciones móviles.   1. Las apps no duran en el móvil más de 15 días La penetración del smartphone en la sociedad es superior al 90%. Si a eso le sumamos las más de 90.000 apps relacionadas con salud, podemos creer que estamos en un buen momento. Sin embargo, Sergi Godia, médico y emprendedor cofundador de Medkia Healthcare Software, asegura que estas aplicaciones no duran en el móvil más de 15 días: ‘No enganchan y los usuarios terminan borrándolas’.   2. Un 80% de las apps siguen sin tener el contenido que desearían los usuarios ‘Hay muchas apps vacías, sin el contenido que los usuarios –sean médicos o pacientes- desean, y muchas empresas satélites que se quieren meter en las nuevas tecnología como estrategia de marketing. Pero este no debe ser el espíritu real de las apps de salud, sino enfocarse en ser útiles para mejorar la salud, el bienestar y la calidad de vida de los pacientes’, comenta el médico de familia José Ávila. Para este doctor, el mundo de las apps ‘es un sistema de burbuja, pero vendrá una fase de meseta donde se medirá lo que se deba medir y habrá cosas que no valgan para nada’. En este sentido, advierte que una aplicación ‘puede ser un reto desde el punto de vista técnico y luego no ser nada útil’. En la misma línea, el enfermero José María Cepeda destaca que ‘a veces intentamos sustituir las cosas por tecnología, pero quizá no sea siempre necesario’.   3. Existe poca implicación del profesional sanitario. José Ávila insiste en que ‘falta evangelizar mucho’ y ‘empujar al resto de sanitarios a que entren en el mundo de las nuevas tecnologías porque los pacientes van a pedir formas nuevas con las que nos comuniquemos con ellos’. En esta evolución, ‘el que esté fuera no podrá comunicar’, asegura este doctor y el dermatólogo Sergio Vañó. Este último insta al profesional sanitario a implicarse más en poner en marcha ideas para dar solución a problemas reales o para favorecer mejoras en el sistema sanitario. Sergi Godia propone, incluso, que los desarrolladores sean quienes vayan a buscar a estos profesionales de salud.   4. Falta de financiación (o de conocimiento sobre a quién recurrir). Además del personal sanitario, quienes también deberían implicarse en el desarrollo de aplicaciones móviles tendrían que ser los gestores sanitarios. Así lo han reclamado, entre otros, Carlos Mateos, director de la agencia COMSALUD, e Ignacio Alberti, CEO de Salud Social Media. Este último prevé que ‘se va a necesitar inversión de la administración para desarrollar aplicaciones para enfermedades crónicas, que cada vez van a tener más interés para la sanidad’.   5. Para el desarrollo de apps no se ha tenido en cuenta a los pacientes ‘Echo en falta a los pacientes en las mesas en las que se debate sobre nuevas herramientas para gestionar su salud’, comenta José Ávila. Como él, Ángel González, de Ideagoras, hace hincapié en que ‘el paciente quiere participar de su salud preventiva y curativa’, por lo que propone darle la posibilidad de ‘abrazarse a ello’ tanto participando en el desarrollo de herramientas como testándolas. El doctor Ávila recalca: ‘No debemos olvidar que en la eSalud, los actores somos varios’.